El consumo de grasas buenas en lugar de las saturadas reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular
No todas las grasas son malas.
El consumo de "grasas buenas" en sustitución de las grasas saturadas o "malas" está asociado a una reducción del riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular de hasta un 28% en el caso de las poliinsaturadas y de un 20% con las monoinsaturadas.
La investigación, publicada en "JAMA Internal Medicine", confirma que la sustitución del 5% de la energía procedente de grasas saturadas por "grasas buenas" reduce las muertes por enfermedad del corazón.
Para el colesterol, es más beneficioso reemplazar estos dos tipos de grasas por insaturadas. Tanto las grasas 'trans' de origen industrial como las procedentes de rumiantes tienen un impacto negativo en los niveles de colesterol.
Existe la creencia de que todas las grasas son malas pero no es así, son necesarias para que el organismo funcione correctamente. Hay que priorizar las llamadas grasas buenas y ayudar a que el corazón esté sano, por eso es muy importante controlar el tipo de grasa que se consume.
Para conseguirlo hay que realizar cambios en la dieta diaria sustituyendo, por ejemplo, alimentos como la carne roja o la mantequilla por aguacates, frutos secos, aceite de oliva, pescado azul, aceites vegetales y derivados como las margarinas.
las grasas insaturadas contribuyen a mantener los niveles normales de colesterol sanguíneo, un factor clave para reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Por ello, es necesario mantener una alimentación equilibrada combinada con una actividad física regular.